10/08/12 |El comerciante del rubro
electricidad, acopia más de 5 mil pilas mensuales, de sus clientes y de
distintos barrios de la ciudad en su local. La Dirección de
Medioambiente reconoció su loable acción por cuidar la naturaleza.
Pocos comercios se sumaron al programa.
Con recorrer la zona comercial del microcentro, se
pueden ver decenas de jugueterías, de comercios de ventas de celulares y
casa de electrodomésticos, pero casi nadie tuvo en cuenta, poner un
recipiente que diga “deposite sus pilas usadas aquí”.
Ese cartel puede verse en el comercio de Roberto Grecco, más conocido como “Beto”, por sus vecinos y los alumnos que lo tuvieron de profesor de educación física.
“Nos sumamos al programa hace 15 años, al considerar que si hablamos de ambientalismo, todos los negocios teníamos que colaborar con el recupero de las pilas usadas”, explicó Grecco a EL ARGENTINO.
“Nuestros clientes respondieron a la propuesta, otros barrios se sumaron y la gente me trae las pilas al negocio. Los otros días vino una persona del barrio Suburbio Sur y me trajo una bolsa con pilas. Creo que es importante que los comerciantes colaboremos en poner el recipiente donde se pueda tirar las pilas en la vereda, y si ese comercio hace publicidad en los medios de comunicación, también debe anunciar que recibe las pilas usadas, es así como lo hacemos nosotros”.
Grecco se enteró hace poco del reconocimiento
“Cuando me entregaron el premio yo no estaba en la ciudad y al poco tiempo me entero que me habían nombrado el mayor recaudador de pilas usadas. Todas las semanas la llamo a Marta Gorosterrazu, en Medioambiente y les pido que pasen a retirar las pilas”.
En el comercio ubicado frente al Teatro Gualeguaychú, se recolectan un promedio de 5 mil pilas mensuales, además de baterías de celulares.
“Por un lado estoy contento por el reconocimiento, pero por el otro también estoy triste, porque eso quiere decir que no hay tantos comercios que se dediquen a prestar este servicio”.
Grecco piensa ahora hacer recipientes coloridos para que los peatones puedan advertir que allí pueden botarse las baterías.
“Una pila que vienen en los juguetes, puede llegar a contaminar más de 500 mil litros de agua, y muchas veces los ciudadanos de Gualeguaychú hemos cometido el error de tirar las baterías en los tachos de basura domiciliarios”, dijo.
¿Qué destino se les da a las pilas recolectadas?
Se calcula que se desechan unas 4.100 toneladas de pilas y baterías al año solamente en nuestro país, lo que nos da un consumo aproximado de algo más de 150 gr. de pilas anuales per capita. Y todo eso sin ningún tipo de control por parte del Estado Nacional que debería promover el control de estos desechos.
No obstante, en nuestra ciudad se recolectan las pilas desde hace tiempo y hoy hay más de 80 lugares entre escuelas y comercios para poder deshacernos de una manera responsable de ese desperdicio que contiene metales pesados.
En Argentina, no hay una política de tratamiento para este tipo de desperdicios y tampoco hay una entidad que exija a las compañías recolectoras de residuos el clasificado y posterior tratamiento de estos materiales altamente peligrosos para la salud humana, a pesar que existe la ley 24051 que contempla a este tipo de residuos como material ecotóxico.
“El problema que tenemos es que no hay un lugar dónde se pueda reciclar este tipo de material, y además al ser un residuo peligroso no pueden salir de la provincia o del país”, explicó Noelia Indart responsable de la Dirección de Medioambiente y Desarrollo Sustentable de la Municipalidad.
Las pilas que se recolectan se almacenan en recipientes en la Dirección de Medioambiente de la Municipalidad que funciona en los galpones del puerto para luego ser encapsuladas en bloque de concretos.
“Hasta el momento la mejor manera de poder deshacerse de ese residuo es encapsularlo y lo hacemos a través de bloques de concreto. En este momento tenemos unos 60 bloques armados y cada uno de ellos, llevan 60 kg. de pilas”.
Para poder hacer los bloques y darle una protección adicional, se colocan las baterías en recipientes plásticos, se cubre con hormigón y luego pasa a un molde donde se termina de armar el bloque con cemento.
“Tenemos que llevar un relevamiento para saber a dónde esta cada uno de esos bloques, porque tenemos que evitar que se rompan, y si estos presentan fisuras o roturas se reconstruyen”, dijo la funcionaria.
Algunos de los bloques están en una escuela como muestra y otros se encuentra en la playa de estacionamiento de la cancha de rugby del Club Central Entrerriano.
“Lo ideal para resolver este problema es que cada empresa productora se haga cargo de las pilas que produjo”, manifestó Indart.
Ese cartel puede verse en el comercio de Roberto Grecco, más conocido como “Beto”, por sus vecinos y los alumnos que lo tuvieron de profesor de educación física.
“Nos sumamos al programa hace 15 años, al considerar que si hablamos de ambientalismo, todos los negocios teníamos que colaborar con el recupero de las pilas usadas”, explicó Grecco a EL ARGENTINO.
“Nuestros clientes respondieron a la propuesta, otros barrios se sumaron y la gente me trae las pilas al negocio. Los otros días vino una persona del barrio Suburbio Sur y me trajo una bolsa con pilas. Creo que es importante que los comerciantes colaboremos en poner el recipiente donde se pueda tirar las pilas en la vereda, y si ese comercio hace publicidad en los medios de comunicación, también debe anunciar que recibe las pilas usadas, es así como lo hacemos nosotros”.
Grecco se enteró hace poco del reconocimiento
“Cuando me entregaron el premio yo no estaba en la ciudad y al poco tiempo me entero que me habían nombrado el mayor recaudador de pilas usadas. Todas las semanas la llamo a Marta Gorosterrazu, en Medioambiente y les pido que pasen a retirar las pilas”.
En el comercio ubicado frente al Teatro Gualeguaychú, se recolectan un promedio de 5 mil pilas mensuales, además de baterías de celulares.
“Por un lado estoy contento por el reconocimiento, pero por el otro también estoy triste, porque eso quiere decir que no hay tantos comercios que se dediquen a prestar este servicio”.
Grecco piensa ahora hacer recipientes coloridos para que los peatones puedan advertir que allí pueden botarse las baterías.
“Una pila que vienen en los juguetes, puede llegar a contaminar más de 500 mil litros de agua, y muchas veces los ciudadanos de Gualeguaychú hemos cometido el error de tirar las baterías en los tachos de basura domiciliarios”, dijo.
¿Qué destino se les da a las pilas recolectadas?
Se calcula que se desechan unas 4.100 toneladas de pilas y baterías al año solamente en nuestro país, lo que nos da un consumo aproximado de algo más de 150 gr. de pilas anuales per capita. Y todo eso sin ningún tipo de control por parte del Estado Nacional que debería promover el control de estos desechos.
No obstante, en nuestra ciudad se recolectan las pilas desde hace tiempo y hoy hay más de 80 lugares entre escuelas y comercios para poder deshacernos de una manera responsable de ese desperdicio que contiene metales pesados.
En Argentina, no hay una política de tratamiento para este tipo de desperdicios y tampoco hay una entidad que exija a las compañías recolectoras de residuos el clasificado y posterior tratamiento de estos materiales altamente peligrosos para la salud humana, a pesar que existe la ley 24051 que contempla a este tipo de residuos como material ecotóxico.
“El problema que tenemos es que no hay un lugar dónde se pueda reciclar este tipo de material, y además al ser un residuo peligroso no pueden salir de la provincia o del país”, explicó Noelia Indart responsable de la Dirección de Medioambiente y Desarrollo Sustentable de la Municipalidad.
Las pilas que se recolectan se almacenan en recipientes en la Dirección de Medioambiente de la Municipalidad que funciona en los galpones del puerto para luego ser encapsuladas en bloque de concretos.
“Hasta el momento la mejor manera de poder deshacerse de ese residuo es encapsularlo y lo hacemos a través de bloques de concreto. En este momento tenemos unos 60 bloques armados y cada uno de ellos, llevan 60 kg. de pilas”.
Para poder hacer los bloques y darle una protección adicional, se colocan las baterías en recipientes plásticos, se cubre con hormigón y luego pasa a un molde donde se termina de armar el bloque con cemento.
“Tenemos que llevar un relevamiento para saber a dónde esta cada uno de esos bloques, porque tenemos que evitar que se rompan, y si estos presentan fisuras o roturas se reconstruyen”, dijo la funcionaria.
Algunos de los bloques están en una escuela como muestra y otros se encuentra en la playa de estacionamiento de la cancha de rugby del Club Central Entrerriano.
“Lo ideal para resolver este problema es que cada empresa productora se haga cargo de las pilas que produjo”, manifestó Indart.
http://www.diarioelargentino.com.ar/noticias/110987/roberto-grecco-fue-reconocido-como-el-mejor-recaudador-de-pilas-usadas
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